Para entender el origen y valor de las piezas macuquinas, también conocidas como “Cobs” en inglés, se debe comprender que cada pieza es única, ya que, son monedas fabricadas de manera artesanal con un cospel o un cuño, en las cecas americanas pero siempre manteniendo el peso de su denominación, en el caso de los 8 reales de plata correspondía a 27. 0642g y con una pureza de al menos un 90%. El origen de la palabra proviene del quechua “makayquna” (hecho a golpe).
El gobierno español garantizaba esta pureza de la pieza junto con el peso de la misma por medio del ensayador, grabando su inicial sobre la misma en el propio diseño de la moneda.
La característica principal de estas monedas es su acuñación asimétrica e irregular, principalmente debido a que durante cientos de años fue la falta de material y tecnología para su implementación la que la provocó.
Para contrarrestar esta emisión artesanal, se identificaron los lugares de acuñación con un sistema de letras y símbolos por cada casa de moneda.
- México: M
- Lima: L
- Potosí: P
- Bogotá: NR / SF
- Cartagena: C
- Guatemala: G
Para la mejor identificación de las cecas y los ensayadores junto con el valor se diseñó un sistema de “pilares y ondas” en el cual se diferencia tanto la ceca por los símbolos como por la posición de las olas del mar.
Imagen 1. 1733. Felipe V. Potosí. 4 reales.
- Parte superior izquierda – Ceca P
- Parte superior central – Denominación y valor de la pieza “4” reales
- Parte superior derecha – Ensayador “M”
- Los 3 espacios centrales para “PLUS ULTRA” “más allá”
- Parte inferior izquierda – Ensayador “M”
- Parte inferior central – 2 o 3 dígitos del año de acuñación (733)
- Parte inferior derecha – Ceca P
En las cecas de Lima y Potosí se aprecian generalmente incompletas, por ello, tenemos 2 formas de distinguirlas;
1- Periodos de acuñación cruzándolos con el ensayador en cada una de las cecas
- Lima: 1684 – 1752
- Potosí; 1652 – 1773
2- Diagrama de ondas
- Lima; año en la base de la ola
- Potosí; año sobre la cresta de la ola
En definitiva, la belleza de estas piezas radica en el ingenio de la acuñación junto con la pureza de las mismas, prueba de ello es que se mantuvieron en curso legal en estados unidos hasta 1858.