Este artículo se centra en las últimas monedas acuñadas en la Casa de la Moneda de Cuzco durante el Virreinato del Perú, específicamente entre 1823 y 1824. Tras la evacuación de Lima por parte de los realistas, la ceca se trasladó a Cuzco, donde se comenzaron a acuñar monedas con el busto de Fernando VII, utilizando cuños de la Casa de la Moneda de Lima y nuevos cuños con la sigla del ensayador Gregorio Carril. Estas monedas, principalmente de 1, 2 y 8 reales, incluyen variaciones en el año de acuñación (1824 sobre 1823) y en la leyenda, con algunas piezas marcadas con las siglas «T» (Tomás Panizo) y otras con «G» (Gregorio Carril).
La acuñación en Cuzco marcó el final de la producción de moneda realista en el Perú, ya que tras la victoria republicana en la Batalla de Ayacucho en 1824, los realistas perdieron el control. Aunque algunas piezas de 1824 son conocidas, también se menciona la controversia sobre la acuñación de monedas en el Castillo del Real Felipe del Callao durante la resistencia del General Rodil, quien, según algunos expertos, pudo haber acuñado una moneda de dos reales en 1826, aunque su autenticidad sigue siendo discutida. Así, la historia de la ceca de Cuzco se entrelaza con los eventos de la guerra de independencia y el fin de la monarquía española en el virreinato.